Elsa Ricardina Vílchez Jiménez, peruana, Magíster en Lingüística: UNMSM, ex Directora de la Escuela Profesional de Lingüística, Profesora Principal de la Facultad de Letras de la UNMSM, ex Directora del CILA – Instituto de Investigación de Lingüística Aplicada, UNMSM, Perú.
La formación docente procura que los futuros maestros o lingüistas, que es mi caso, tomen conciencia de que la diversidad lingüística está seriamente dañada, y que no pasa solo por la falta de la política lingüística de los Estados, sino por la apropiación de sus territorios por la presencia de minerales, de madera, entre otras riquezas que subyacen en los territorios indígenas. Sin el territorio como lo conciben las poblaciones indígenas, sin que respeten la relación entre sus lenguas y sus ambientes; sin la posibilidad de que sus lenguas sean consideradas como lenguas de comunicación, como la lengua franca; y sin la protección de los estados para defender sus derechos, los indígenas hacen lo posible para desenvolverse y procurar salir airosos.
En Marankiari Bajo (Distrito Perené) y más específicamente en una comunidad ashaninka que se encuentra en la selva central del Perú, en 1990 se intentó una experiencia de revitalización pero se interrumpió al suspenderse el apoyo de uno de los gestores. Ahora bien, existían algunas carencias. Por ejemplo, la propuesta de investigación estaba incompleta, la falta de un diagnóstico sociocultural y sociolingüístico, la ausencia de estrategias para contrarrestar la falta de participación de los comuneros debido a las labores en la chacra y al culto religioso cristiano, la ausencia de estrategias para contar con abuelos sabios. En lo positivo cabe resaltar que se contó con el apoyo de Telefónica y de su infraestructura para el uso, desarrollo y direccionamiento de materiales por los comuneros ashaninka.
Como esta comunidad no contaba con espacios para el uso de su lengua y recreación de su cultura, la idea era ocupar la internet de Telefónica. También debemos tomar en cuenta que como comunidad mixta (es decir no es una comunidad exclusivamente ashaninka sino también hay presencia de colonos) prácticamente, el castellano era la lengua más usada. Es decir, los niños y jóvenes no usaban la lengua indígena. Una vez que se suspendió el apoyo de Telefónica se suspendieron las acciones para continuar con el proyecto.
Luego los años 2016 y 2017, realizamos una investigación denominada “Identidades y Actitudes Lingüísticas en Comunidades Bilingües de la Selva Central” en Marankiari Bajo, en San Miguel de Marankiari y otras comunidades ashaninka de Perené, yaneshas y nomatsiguengas. En esa oportunidad, se constató que los asheninka de Marankiari bajo el liderazgo de las señoras asheninka plasmaron su propuesta de revitalización a partir de la implementación de elementos para posibilitar un contexto propicio, como: la creación de la casa comunal; la confección y venta de sus artesanías; la elaboración de sus comidas; la construcción de hospedaje para turistas en convenio con la municipalidad de Perené; la programación de actividades para los turistas; el programa para direccionar la recuperación de la lengua originaria y cultura por los niños y jóvenes; recuperación del tejido de prendas de vestir, bolsas, canastas; acopio y estudio de plantas medicinales; recuperación del masato (a pesar que en su mayoría son adventistas); participación de hombres y mujeres en las actividades programadas para el turismo; y algo importante, un convenio con el Instituto Superior Pedagógico de Puerto Bermúdez para contar con la asesoría de los docentes a fin de implementar sus programas y direccionar la revitalización de la lengua y cultura asheninka. Dado el tiempo en que ellos aceptaron, creo que la mayoría, ser adventistas y dejar de lado o invisivilizar su cosmovisión, a los sheripiari los calificaron de brujos, eliminando su vigencia.
Actualmente, gracias al Ministerio de la Cultura, cuentan con el apoyo de los mayores de 65 años. Esto permitió que los mayores reciban una bonificación de parte del Estado, han ayudado a las señoras y a hacer que los niños y jóvenes, y todos en realidad, puedan reaprender su lengua y su cultura, y también dedican su tiempo para ir a las escuelas.
Es importante señalar también que las mujeres se organizaron para la búsqueda de otros apoyos nacionales e internacionales. Y como tienen sus chacras en San Miguel de Marankiari en la parte alta, encargan a sus familiares para que hagan esas labores.
La comunidad de Mariankiari Bajo cuenta con un templo adventista para el culto y también tienen una escuela primaria adventista a diferencia de la otra comunidad. A pesar de esos factores negativos han sido ellas las que lideraron todo esto, ellas tuvieron la decisión de iniciar todo esto que han organizado para Marankiari Bajo, lo han hecho por decisión propia. En estos últimos años 2016 y 2017, hemos visto que avanzaron en la revitalización de su lengua. Han vuelto a recuperar sus danzas y hacer que participen los niños, los jóvenes, los mayores. La otra comunidad asheninka es San Miguel de Marankiari (Perené), no son mixtos, son católicos pero no tienen templo. Cuentan con un centro de confecciones de su artesanía y tienen máquinas industriales. Han tenido éxito con la enseñanza del asheninka en Inicial, Primaria y Secundaria, por lo que ahora han incorporado el yanesha en la primaria.
Si bien ambas comunidades tienen cuentan con programas para turistas, en Manquiari Bajo lo hacen cualquier día, en cambio en San Miguel de Marankiari solo los fines de semana para no interrumpir las actividades escolares. En este programa de turismo participan los niños con sus platos, hay premiación por la participación, hay concursos de cuentos, Ahí se ve cómo ellos han programado sus actividades.
En el caso de Manquiari Bajo, la dirección de este programa de revitalización está a cargo de la asociación de mujeres las señoras asheninka, ya que no tienen el apoyo del jefe de la comunidad. En cambio, en San Miguel todos participan a través de sus delegados y asisten a las asambleas comunales para la toma de decisiones. Para Marankiari Bajo, el apoyo de los estudiantes del Instituto Pedagógico de Puerto Bermúdez y de los estudiantes de la UNMSM ha sido importante para contribuir en la revitalización de la lengua asheninka. Para San Miguel ha sido positivo el apoyo y la participación de los estudiantes de la UNMSM. Para los estudiantes participantes fue necesario realizar el estudio sociolingüístico y cultural, tener la información censal, valerse de metodologías cuantitativas y cualitativas, contar con adultos mayores de 65 años, contar conel apoyo de la universidad y de la UGEL y que las comunidades cuenten con auspicios nacionales e internacionales.
Ahora bien, en el caso de los asheninka de la comunidad de Ponchoni del Gran Pajonal, ellos cuentan con los elementos necesarios para mantener vital su lengua y su cultura. Lo que requiere atención es el caso de los niños y jóvenes asheninkas de Ponchoni que han migrado a la ciudad de Atalaya (Ucayali). Esta situación supone acudir a otras estrategias a fin de tener espacios para la recreación de su lengua y de su cultura.
Para el universo asheninka en Atalaya consideramos cuatro grupos: 1: los hijos, jóvenes adultos, de uno de los líderes asheninka; 2: el nieto del líder asheninka y los jóvenes estudiantes que cursan estudios de EIB en la universidad de No-Poki de Atalaya; 3: niños agrupados en inicial y primaria.; y 4: jóvenes en secundaria. Entonces se está considerando la propuesta de la Asociación de Asheninkas residentes en Atalaya y/o el Centro Cultural Asheninka que incluya la Academia Asheninka. Es importante mencionar que los asheninka en Atalaya cuentan con el capital social que les brinda la Organización Asheninka del Gran Pajonal (OAGP), además del apoyo de otra organización, que es Unión Regional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía (URPIA). Para que las actividades de recreamiento de la lengua y cultura sean viables, se las programan para horas de la tarde y/o de la noche; y para los niños de inicial se espera coordinar con las autoridades para que tengan horas de lengua y cultura asheninka, no hay otra forma.
Para el 2019, los estudiantes de la UNMSM están trabajando las pautas para la elaboración de las Historias de Vida para el primer grupo, así como los cuestionarios e instrumentos para los otros grupos. En general, se espera contrarrestar los factores de naturaleza extra lingüística que afectan la vitalidad del asheninka en Atalaya. En este sentido, se buscará compensar la falta de relación abuelo-nieto y se invitarán a los abuelos y sabios que están en Ponchoni y en las comunidades cercanas. Por otro lado, se procurará implementar la investigación participativa, se discutirá y reflexionará con los asheninka sobre cómo asegurar la transmisión intergeneracional de la lengua y cultura asheninka en Atalaya. Todo esto es viable, porque hay una carretera que permite ir de Atalaya a Ponchoni, de manera relativamente rápida.
Ahora consideremos qué es lo que no se tendrá en Atalaya: la unidad geográfica como correlato de formación social y de formación lingüística, los nidos de lenguas, ni la presencia de los sheripiaris. Aquí, vale tomar en cuenta lo que dice Marcus Maia: ‘Para la ecolingüística, el ambiente de una lengua está constituido tanto por la sociedad para la cual la lengua funciona como medio de comunicación como por el contexto de sus interacciones con otras lenguas y facultades cognitivas en la mente de los hablantes’ (Maia, 2006, pág. 63).
Como compensación, se podrá: (a) desarrollar programas radiales y televisivos en la lengua indígena, con contenidos de la cultura originaria; (b) realizar eventos orientados al uso de la lengua indígena: producción colaborativa de diversos materiales, concursos literarios sobre el tema de la lengua y cultura indígena, talleres con niños y jóvenes, encuentros diversos, concursos de oratoria, etcétera.; (c) canalizar los trámites para que se ponga en ejecución el uso de la lengua indígena en las instancias públicas y se respete la cultura. Al respecto, Marcus Maia dice que: “La preservación y la revitalización de lenguas demanda procedimientos complejos que viabilicen una formulación y una implementación de políticas públicas afirmativas en el sentido de garantizar la institucionalización de prácticas sociales que valoricen, divulguen y amplíen el uso de una lengua minoritaria, no solo en el ámbito de sus usuarios, sino también en el contexto más amplio de la sociedad en general” (Maia, 2006, pág. 63) <
Muchas gracias…!