Teófilo Laime Ajacopa, aymara, profesor normalista, Doctor en Lingüística – Universidad Católica de Lovaina, docente-investigador del Centro Interdisciplinario PROEIB Andes.
Muchas gracias por este espacio. Como este seminario es sobre “buenas prácticas”, les compartiré acerca de la diversidad en la Maestría en Sociolingüística en relación a las lenguas y al plurilingüismo.
Entonces, comenzaré explicando tres partes: una primera etapa de reteorización, una segunda de programas de formación de maestría y una tercera de didáctica en el aula en relación al plurilingüismo.
Primera parte, la reteorización: en mi formación en lingüística me han enseñado en La Paz (Universidad Mayor de San Andrés), más o menos en todo el mundo, en Lovaina igual, que según Saussure la lengua es ‘un sistema de signos’ que sirve para la comunicación (1916) (Saussure, 1945). La lingüística moderna, la ciencia del lenguaje, se fue formando desde ahí y los lingüistas conocen ese concepto de lengua.
Luego en 1959, nace la sociolingüística con Ferguson en donde la lengua es una diglosia que tiene una variedad alta y otra baja. En términos coloquiales, podemos decir una variedad culta y otra popular de la misma lengua. Por tanto, una lengua es una diglosia. Primero desde Europa con Saussure, ahora desde EEUU con Ferguson. Luego nace una tercera definición en Inglaterra, Peter Trudgill dice que la lengua es un hecho político- histórico. Por tanto, este tercer concepto de 2004 expresa que un dialecto puede transformarse en lengua si la población así lo quiere, si no se mantiene en dialectos. Por tanto, es un hecho histórico, político. Este tercer concepto me sirve para organizar la lengua y los roles de ella, las funciones. Pues si partimos desde Saussure, conocemos que las lenguas tienen un rol de comunicación, sirven para comunicar. Y así han seguidos muchas áreas como de lenguaje y comunicación y hay lenguas más globales otras menos globales. Seguimos entendiendo la lengua en que nos comunicamos. Sin embargo, desde el otro rol, concebir la lengua como un hecho histórico-político permite ver su rol identitario. Pues la lengua también construye identidad, el aymara, el quechua, el guaraní, el mapuzugun, el náhuatl y muchas otras lenguas que tenemos en Abya Yala construyen identidad. Por tanto, cambia el concepto, cambia la teorización.
Entre los conceptos que se han generado en la segunda mitad del siglo XX, ahí está el bilingüismo en relación a la diglosia porque la teorización era que las lenguas pueden ubicarse en lenguas altas y lenguas bajas y así en cada país cuál es la lengua dominante y la lengua dominada u oprimida. Esa definición clásica de diglosia surge en EEUU, pues Ferguson, Fishman son teóricos que viene del norte, que estudian en Nueva York desde todas esas realidades. Entonces, de ese cruce entre diglosia y bilingüismo tendrá que haber educación bilingüe, educación intercultural bilingüe, educación para cambiar la diglosia. Todos estos conceptos se han generalizado, pero nacen desde el tercer concepto (no plurilingüismo tampoco multilingüismo). Multilingüismo lo ha creado Europa con sus 27 lenguas. Ahí está el multilingüismo social y el individual donde he vivido ahí. Entonces, he visto de cerca lo que es el multilingüismo social de Bélgica y Francia por ejemplo y ¿eso queremos aplicar en América Latina en las lenguas indígenas? En cambio, el concepto del plurilingüismo ha nacido desde los territorios, de los derechos colectivos. Entonces, el principio de territorialidad y de personalidad que ha planteado Fishman en 1972 se generaliza y se crea a partir de ello el concepto de plurilingüismo primero con Xavier Albó en 1994 en una revista de la Conferencia Episcopal y por ende el concepto de lo Plurinacional. Luego en 2009, Bolivia se reconoce políticamente como Estado Plurinacional. Entonces, esta transcencendencia de lo “Pluri” basado en los territorios de los pueblos indígenas no tiene nada que ver con el “Multi” de Europa. Y eso lo ha aterrizado primero Xavier Albó en 1995 en Bolivia Plurilingüe como parte de los resultados de Censo en 1992 en Bolivia (Albó, 1995) y, por ende, se genera el concepto de plurilingüismo, secuencia de bilingüismo. El multilingüismo pasa a los derechos individuales.
El plurilingüismo se considera como situación sociolingüística y transferible a políticas lingüísticas. Por ende, se generan las combinaciones entre lenguas que dan lugar al trilingüismo transversal: una lengua indígena, la lengua estatal y la lengua extranjera. Esas combinaciones del trilingüismo transversal, además, se estudian como trilingüismo cooperativo. Es decir que ninguna lengua es completa sino que son complementarias. Entonces, esta conceptualización de multilingüismo y plurilingüismo hacen una base de comprensión diferente de la realidad de las lenguas, eso como primera fase.
En la segunda fase se hace necesaria la formación. Entonces en sociolingüística, hemos empezado acá a nivel de postgrado [en el PROEIB Andes que ha adquirido mucha experiencia primero con la EIB, luego con Sociolingüística] donde ya no se repite la sociolingüística clásica de Ferguson y Fishman que nació con las diglosias y las variedades.
La primera versión se realizó del 2014 al 2015, la segunda del 2016 al 2017, y actualmente la tercera versión que está a media carrera. Por tanto, en este programa -a través de Marina Arratia y estudiantes de la primera y segunda versión- surge la denominada “Sociolingüística del Sur”. La cual se plantea de diferentes maneras, primero una crítica a la sociolingüística clásica y luego el desarrollo de nuevos planteamientos. A propósito, ya estamos en la tercera versión de la Maestría en Sociolingüística acá en Cochabamba, donde participan estudiantes de distintos países de la región (Chile, México, Colombia, Perú y Bolivia) y de diversas lenguas, por ejemplo, en la segunda versión tenemos lenguas como aymara, asháninka, uru chipaya, nasa yuwe, mapuzugun, quechua, wennayek, bésiro, náhuatl, yurakaré, maya. En las dos primeras maestrías en sociolingüística, tenemos 35 titulados de 44 matriculados. Se ha tomado otro camino, ya no tan ligado a la educación sino al estudio de las lenguas desde sus propias dinámicas, una nueva búsqueda de institucionalidad de las lenguas en lo cultural y en educación. Pues, sabemos por ejemplo que en los siglos XV-XVI y XVII, durante toda la época colonial, la iglesia sostenía la colonia y después las escuelas sostienen a los Estados-nación. Pero ¿seguirá siendo la escuela la institucionalidad o por lo menos una escuela diferente? o ¿son las comunidades institucionalizadas que sostengan la nueva institucionalidad? ¿Dónde estará la revitalización? Por tanto, estamos en ese tránsito, en la comprensión de la realidad, la implementación y la realidad institucional de acá de la Universidad Mayor San Simón.
Ahora veremos la parte áulica concreta. En específico, en uno de los módulos de lengua indígena tenemos 21 estudiantes de la maestría de sociolingüística, donde hay 10 lenguas indígenas presentes. Pero ¿cómo hacemos, cómo hace el docente, hablará en 10 lenguas o solo hablará en una lengua como el castellano?
Entonces, gracias a la oportunidad que nos dio la posibilidad de estudiar esta situación planteamos lo que llamamos dinámica plurilingüe en el aula. Aquí ocurren dos procesos didácticos: Primero, ocurre una interculturalidad en el aula, donde cada estudiante se expresa en su lengua, porque en un módulo de lengua indígena puede ser contraproducente estar hablando todo el rato en lengua castellana. Se trata más bien de darles la oportunidad que usen sus lenguas indígenas y cuando sea muy necesario usamos el castellano. Pero cada uno escucha y si son dos a tres estudiantes que hablan la misma lengua, entonces uno traduce. Por ejemplo, estaba el caso del Mapuzugun donde un estudiante hablaba y el otro estudiante traducía en castellano al curso. Es decir, la interculturalidad se manifiesta mediante la lengua en el aula. Pero de esas experiencias más superficiales pasamos a otras de mayor profundidad, en aquellas lenguas con mayor número de hablantes, como el quechua por ejemplo, hacemos sesiones todo en la lengua indígena, desde el docente hasta los estudiantes. Ahí se produce la lengua como vehículo y por tanto de intraculturalidad. Por tanto, este proceso intra como lengua meta y de proceso inter, ambos son complementarios. Pues, no podemos hablar solamente de la interculturalidad. O sea, esto nos ha dado la posibilidad de ver estas dinámicas plurilingües basadas en el aula y que las lenguas indígenas tienen sostén en la territorialidad. Así se entienden los derechos colectivos, pues no se puede entender solamente como lengua. En el caso boliviano, el inglés, francés son lenguas extranjeras donde hay hablantes pero no hay comunidad lingüística. Sin embargo, estas prácticas nos están haciendo reflexionar sobre otros modos del estudio de las lenguas, que se ha llamado hasta el momento la sociolingüística del sur. Muchos de quienes han pasado por el PROEIB Andes conocen estas experiencias. A veces pensamos que estamos repitiendo a Saussure pero no, a partir de la práctica estamos reteorizando.
Sería importante seguir en este proceso de reteorización que comenzó el 2014, pero falta aún más claridad. Pues si partimos desde el concepto de lengua, estamos partiendo desde el plurilingüismo y no solamente desde la diglosia. Por tanto, tienen que cambiar las políticas lingüísticas. Por ejemplo, en los 90 se hablaba de la normalización, ahí la pelea era si son cinco o tres vocales [en el quechua y aymara], si era la q o la k, etc. Por ende el tema de la escritura nos llevó 30 años y se normalizó. Después la revitalización que empieza en aquellas lenguas que están en proceso de extinción a partir de los estudios de la UNESCO. Ahí vemos que hay lenguas con pocos hablantes, con indicadores y grados de vulnerabilidad. Por tanto, estos estudios podrán servir como base de discusión, base de reflexión y las prácticas. Desde mi punto de vista, no hablaremos el quechua como se hablaba en 1560. Santo Tomás escribe su primer diccionario Quechua y pasan 400 años y encontramos que el 56% es el mismo quechua pero más de un 44% ya es otro Quechua. Por tanto, el quechua responderá a estos tiempos y el aymara también, y los diccionarios coloniales nos ayudan a establecer esta comparación.
Tomando el inglés en contexto de globalización o el chino también tiene prácticas de plurilingüismo y debiesen tenerla con las lenguas indígenas Y bueno eso hemos traído para esta participación.