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César Córdoba

César Alberto Córdoba Ortiz, Director-Representante de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en Bolivia.

En esta oportunidad compartiré algunas de las iniciativas que la OEI está realizando para la revitalización de las lenguas indígenas.

Sabemos que las lenguas están en una lucha permanente de sobrevivencia, pues año tras año tenemos debates acerca de la situación de las lenguas indígenas y ¿qué realmente es: una evolución, una selección natural, un genocidio cultural? Pero lo más importante son las previsiones de qué ocurrirá con las lenguas indígenas a futuro. Estudiosos de la Universidad de Lyon II, por ejemplo, la lingüista Colette Grinevald, estima que el 90% de las lenguas van a morir a finales del siglo XXI. Los más optimistas estiman que hay unas 8 mil lenguas en el mundo, eso quiere decir que al final de siglo quedarían 800.

Sabemos que hay escalas que el 2003 UNESCO comenzó a desarrollar en criterios etáreos de acuerdo al uso de la lengua. Hay otras escalas mucho más precisas como la del Instituto Lingüístico de Verano (ILV) que utiliza criterios sociolingüísticos. Quizás el principal problema en ambas escalas es la transmisión intergeneracional de las lenguas que se está ralentizando. Es decir, ya no se da una comunicación cara a cara. La comunicación se da con cada usuario que consume información desde diferentes formatos a diferentes velocidades y con diferentes formas estimulativas. Hay una ruptura de los procesos tradicionales de comunicación, pero también se confunde lo que es la información con la comunicación, pues en la sociedad de la información tenemos acceso a la información como nunca antes.

Según el Censo del 1992 solamente tomando la pregunta ¿En qué idioma aprendió a hablar? se identifica que después del castellano vienen los quechuas con un 18%, los aymaras 11% y Guaraní 0,6% y sumando el resto de pueblos son 1%. Por lo tanto, sumando es un 30% a partir de la pregunta. Pero si ponemos los datos ¿con qué pueblo se autoidentifica? es un 57%. Eso quiere decir que hay una pérdida de 17 puntos y aquí esta pérdida es por la migración, el urbanismo, la cultura hegemónica del castellano, etc. Y precisamente nos hemos preguntado, por ejemplo ¿qué pasa con el aymara en el ámbito urbano, cuánto aymara se habla en estas dos ciudades de La Paz y El Alto? En ambos municipios, hay la misma cantidad de habitantes, aproximadamente 700 mil habitantes, pero en la ciudad de La Paz los que primero aprendieron a hablar en aymara representan el 10% de toda la población, y en el Alto representan el 24%. La estimación de que el aymara se pierda a este ritmo en la ciudad de La Paz es casi menos de una generación. En el Alto, los jóvenes representan el 20% del 24%. Es decir, el 5% del total. Igual tiene la misma tendencia de pérdida; pero creemos que puede ser de igual acelerado que en La Paz porque han ocultado esa seña de identidad, salvo que se realicen los procesos de revitalización.

Un nuevo debate aparece, ¿qué pasa con el el uso de las TIC en las lenguas indígenas? La UNESCO dice que 3000 lenguas están en peligro de extinción, estos son datos del 2016. Además dicen que están agravadas por uso de las nuevas tecnologías como el internet. Entonces algunos ya lo ven como un peligro.

Ahora, ¿cuál es el efecto de estas tecnologías que parece ser un peligro en la sociedad? Es una realidad omnipresente, quién de ustedes no tiene un celular, ninguno. Esto quiere decir que los que tienen un celular cuando se reúnen socialmente se reúnen para chatear con otros, o se reúnen para almorzar pero están con otros, no con los comensales, en la familia ni qué decir. Por tanto, tiene mucha importancia. Los datos de la región del 2017 hacen referencia a que en América Latina, especialmente en Sudamérica hay más celulares que habitantes, pero de este total quienes puedes usar internet a través de sus celulares solamente son el 66%. Esto quiere decir que hay teléfonos antiguos y de éstos los que pueden utilizar redes sociales son el 59%. Es decir, hay una diferencia de 5 puntos.

Hay patrones de accesos a las redes sociales. Usualmente la gente que utiliza computadora consume Facebook, Youtube, WhatsApp etc. La gente que utiliza celulares lo utiliza principalmente para WhatsApp, Facebook y luego los demás medios, y los que utilizan tablets lo hacen para Facebook, Youtube, etc. Todos estamos inmersos en el mundo digital, las estadísticas demuestran que las personas utilizan cinco horas a la semana para ver WhatsApp, escuchar música solamente tres horas, Facebook tres horas, y este es el promedio. Esto quiere decir que en promedio una persona usa ocho horas viendo las redes sociales. El perfil de los usuarios de las redes sociales es el siguiente, el 80% está en el rango de 18 a 34 años, los que más usan son varones más que mujeres. Los idiomas dominantes en las redes sociales son el inglés, el español, el indonesio, etc.

¿Qué hacen los activistas en este entorno? Lo más avanzado que hay en Bolivia es el activismo en Facebook en aymara, es una metodología que la construyen con aymaras peruanos, bolivianos y chilenos, y quienes consensuan los términos que van a entrar. Para que una red social esté en un idioma, tiene que haber 24 mil entradas léxicas traducidas. El asunto es que estos jóvenes han llegado solamente a 20 mil, les falta 4 mil. Y ¿por qué no pueden completar? Porque hay que crear neologismos. O sea, ya se han cansado de encontrar términos para traducir cosas contemporáneas que en las culturas antiguas no las tenemos. Entonces, hay limitaciones. Pero es un espacio donde hay que seguir avanzando y posicionarse desde las lenguas indígenas. Porque tal como expresaba Vicente Limachi, es éste el Aymara que va a quedar para el siglo XXII, no el que los académicos están reflexionando lingüísticamente, pues lo que proponen ellos (los lingüistas aymara) tienen que alimentarlo en las redes sociales.

¿Qué hacen los activistas digitales? Hacen páginas web en sus idiomas, hacen Facebook, hacen Wikipedias y trabajan en red. Ya tenemos Wikipedia en quechua, aymara y guaraní. Ahora la tendencia es aprender aplicaciones de idiomas en el mundo digital. Se reconoce que el mundo es multilingüe, se sabe el poder de las tecnologías, en especial del teléfono móvil, y se desarrolla aplicaciones. También hay asistentes virtuales que ya están entre nosotros, por ejemplo traductores móviles no conectados a internet. Pero para desarrollar un traductor indígena es necesario realizar investigaciones para crear soportes tecnológicos.

Por ejemplo Japón va a utilizar robots para enseñar idiomas en la escuela. Lo que nosotros hemos hecho en Bolivia es crear robots para enseñar el aymara. Estos robots reconocen la pronunciación, cuando la robot le dice que ‘no te he entendido’ es porque el interlocutor ha pronunciado mal. Primero, creemos que tenemos algo de conocimiento para poder introducir traductores. Segundo, nosotros hemos hecho pruebas de que se usen estos robots en las escuelas, y cuando hemos hablado con niños de El Alto, y preguntamos quién sabe hablar aymara, nadie levanta la mano de miedo. Por tanto, rompe esquemas mentales. Porque para los jóvenes hablar un idioma que no tiene uso en la actualidad lo asocian al pasado y a lo rural, pero no lo asocian a su presente y mucho menos a su futuro. Pero cuando hemos interactuado con jóvenes, hay niños que dicen “cuando sea grande quiero hacer robots así, quiero ser ingeniero para hacer robots así”. Esto nos abrió una puerta del futuro: el imaginario de los jóvenes y segundo, es que la robot desinhibe y provoca el hablar de manera lúdica en los jóvenes el aymara. Por lo tanto, esta metodología tecnológica abre nuevos campos para explorar nuevas formas de motivación a hablar nuevamente el aymara entre los jóvenes.

Después de la robótica, la otra vía es la realidad virtual. En ese sentido, nosotros hemos hecho una aplicación llamada waynatom. Lo importante es que la realidad virtual es utilizada como un recurso educativo, y nace como algo vivencial. Es lo más vivencial que puede haber. En tanto ustedes no lo usen no van a entender el potencial que tiene la realidad virtual.

Entonces en la OEI lo que hemos hecho es identificar todos los recursos que pueden ayudar a entender el cómo explorar de manera integral el mundo virtual, que es ver la realidad con otros ojos.

Tenemos una herramienta colaborativa denominada “Lenguas de Bolivia” que, a través de una cuenta, permite aprender gratuitamente todas las lenguas indígenas de Bolivia. Esta herramienta tiene temas y lecciones pero funciona con tarjetas, que son informativas de asociación semántica, de escritura, de traducción y con la Robot tenemos ahora la pronunciación. Por tanto, con esta herramienta podemos hacer grupos de aprendizajes en todos los espacios, con competiciones, por ejemplo.

Realmente hay asimetrías tecnologías, esa es una realidad, y lo que tenemos que hacer es actuar con equidad. A las lenguas indígenas hay que darle la mayor cantidad de recursos para que tengan la misma oportunidad que tienen los otros idiomas que están en las redes sociales. Hay que identificar y construir un ecosistema de recursos tecnológicos y, por lo tanto, las TICs representan una oportunidad interactiva, y hay que aprovecharlas.

Muchas gracias.